miércoles, 23 de abril de 2008

Educación Vial para niños V

Quinta y última parte

El hábito de controlar la bicicleta

Es importante aprovechar el enorme interés, que sobre todo manifiestan los niños entre los 9 y los 13 años, por interiorizarse de las cuestiones técnicas, para comenzar a trasmitirles el "hábito" de controlar su bicicleta. De manera tal que cuando sean adolescentes y posteriormente adultos, hagan lo propio con su ciclomotor, con su moto o con el automóvil.

Además permitirá que ellos empiecen a considerar su bicicleta como un vehículo con el cual se pueden trasladar, y dejar atrás el concepto de juguete con el cual se recreaban hasta ese momento.

Para ello es necesario hablar de las características de los distintos tipos de bicicletas, sus distintos usos (deportivas, de montaña, de ciudad, etc.), sus cualidades técnicas, etc. También enseñarles la periodicidad y cómo deben verificar su "vehículo".

Tamaño de la bicicleta:

La altura justa es la que permite al conductor poner los pies en el suelo, estando situado sobre el cuadro del vehículo (caño que va desde el asiento hasta el manubrio). En este sentido también es importante señalar que el manubrio debe estar a la altura del asiento, lo que permitirá circular confortablemente y además tener un perfecto dominio de la bicicleta.

Como debemos conducir con la bicicleta

Debemos partir de la idea, de que todo usuario de bicicleta sabe: subirse y bajarse con facilidad, conducir bien en línea recta, doblar correctamente, y puede también dirigir con una mano y con la otra efectuar, por ejemplo, la señal de giro a la izquierda.

El correcto dominio de este vehículo es una de las condiciones elementales para la seguridad de quien conduce. La otra condición es saber como debe conducir en la vía pública.

Para ello debemos tener en cuenta que:

Siempre se debe circular por la derecha, previendo la eventual apertura de puertas de vehículos estacionados, o por las ciclovias .

No debemos tomarnos de otros vehículos.

Antes de cruzar una calle o avenida, tendremos que detener o disminuir la marcha.

El cruce lo debemos efectuar siempre después de haber mirado bien hacia ambos lados.

Si transitan varios ciclistas, deben ir uno detrás de otro, en fila india.

No debemos circular en grupos o en parejas.

No hay que soltar el manubrio, hacer piruetas, ni andar en una sola rueda.

En las esquinas, los peatones tienen prioridad para cruzar.

Debemos respetar todas las señales de tránsito.

Como conductor de un vehículo, debemos reconocer y acatar las indicaciones, tanto de las señales verticales (PARE, Dirección Obligatoria, Contramano, etc.) como las marcas en el pavimento (líneas longitudinales continuas, sendas peatonales, líneas de frenado, etc.) y los semáforos.
Las indicaciones de los semáforos vehículares tienen total validez para los ciclistas.

Debemos asegurarnos ser vistos en todo momento.

En horas de oscuridad debemos tratar de no circular por calles sin iluminación. De tener que hacerlo, es conveniente emplear ropas claras, y tener siempre en la bicicleta, elementos retroreflectantes, además de la luz roja trasera.

Hay que enseñarle al niño, que si no hay iluminación pública en la calle, los conductores de automóviles lo han de distinguir sólo cuando se encuentre dentro del haz luminoso de los faros. Si el automotor se desplaza a mucha velocidad, la distancia de detención del mismo puede superar al espacio iluminado. Situación esta, que provocaría un accidente.

Nunca circular a contramano, pues no solo correríamos un grave riesgo, sino que también atentaríamos con la seguridad de los demás personas.

Las señales manuales son necesarias para advertir a los otros, la maniobra que el ciclista tiene intención de hacer: girar, detenerse, desplazarse hacia un lado, etc.
El ciclista debe estar alerta a todo lo que ocurre en el tránsito. El accidente por equívocos de otros puede evitarse por la propia atención.

Los elementos de una bicicleta que se deben controlar a menudo:

Es conveniente que se efectúe una verificación semanal, o más seguida, a fin de realizar el correcto mantenimiento que nos permita trasladarnos con seguridad

Para el control, debemos tener en cuenta lo siguiente:

Frenos: cables, varillas y tornillos ajustados. Los patines de goma en buen estado.
Asiento: bien sujeto.
Manubrio: ajustado, con los puños fijos.
Timbre: en el manubrio, cerca de los puños. Con buen sonido.
Espejo retrovisor: limpio y bien orientado.
Faro delantero: limpio, bien colocado y con luz blanca.
Faro trasero: Luz roja u "ojo de gato" retroreflectivo, bien limpio.
Ruedas: centradas, con todos los rayos bien tensos y elementos reflectantes incorporados.
Neumáticos: en buen estado, que se vea el dibujo en la banda de rodamiento. Cámara con la presión adecuada.
Mariposas, tuercas y bulones: bien ajustados.
Pedales: completos y engrasados.
Cadena: con la tensión adecuada (ni muy, ni poco tensada).
Rodamientos: limpios y bien engrasados
Conclusión
Por una mejor calidad de vida

Esta publicación que fuimos entregando por partes, abarca pautas de comportamientos y un marco de comprensión de la realidad del niño peatón, pasajero y conductor, está orientada a lograr una mayor
aproximación a su problemática vial, advirtiendo respecto a los riesgos más comunes y cómo evitarlos.
En este sentido, las situaciones de tránsito con riesgo deben ser presentadas teóricamente -primero- para que los usuarios noveles se familiaricen con ellas y después de muchas prácticas y entrenamientos en la propia vía publica, llegado el caso, sepan actuar.

Por último cabe señalar, que este material no es la culminación de un trabajo emprendido, sino el comienzo de una actividad, que contribuirá, con el esfuerzo de todos, a una transformación positiva de la convivencia social en nuestra comunidad, en busca de una mejor calidad de vida. Esa meta, sin lugar a dudas, será el epílogo de nuestra tarea.

Fuente: Material didáctico producido por la División Seguridad y Educación Vial de la DIRECCION DE VIALIDAD de la Prov. de Buenos Aires

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