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martes, 31 de marzo de 2009

Fatiga y enfermedad, causas de accidentes de tránsito



El consumo de medicamentos y el cansancio acumulado tras la jornada laboral aumentan la siniestralidad viariaMás de un millón de personas en todo el mundo pierde la vida cada año por culpa de la siniestralidad viaria. Aun así, muchos vamos y volvemos en coche siempre y de cualquier modo. Volver, en todo caso, es siempre más difícil que ir.

El cansancio de una prolongada jornada de trabajo, los ritmos circadianos del organismo o el consumo de sustancias psicotrópicas pueden pasar factura.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard ha investigado cómo y por qué.

Laura K. Barger, investigadora de un grupo de trabajo de la Universidad de Harvard sobre seguridad, salud y horario laboral, ha alertado a las autoridades federales estadounidenses sobre el riesgo que suponen los cambios horarios del trabajo y, en particular, la ampliación de jornada, por su impacto en la siniestralidad viaria in-itinere.

Los investigadores llevaron a cabo un estudio en toda la nación, con 2.737 trabajadores reclutados, pormenorizando sus turnos laborales, accidentes o distracciones graves y paradas obligadas por culpa del sueño. Un 9,1% de estos trabajadores habían tenido un accidente de circulación en el plazo de un mes, mientras que un 16,2% comunicó distracciones graves que casi causan un accidente.

Computando los datos recogidos, el equipo logró aparejar estadísticamente las variaciones de turno y la ampliación de jornada con la casuística de episodios, de forma que los trabajadores sujetos a cambios de horario laboral tuvieron un aumento del riesgo de accidente del 3,69%.
Conducción y enfermedad
No haber conciliado el sueño durante 24 horas seguidas predispone un conductor a una conducción equivalente a la de un grado prohibitivo de alcoholemia. Lo que ocurre, es que los controles de tráfico no disponen de «medidores de sueño», por lo que los agentes no pueden prohibir que se circule bajo estas condiciones.
Muchos son los accidentes de tráfico que tienen lugar por distracciones causadas por el sueño. Pero son muchos más los riesgos de salud que pueden dificultar una conducción eficaz. El paciente diabético, por ejemplo, tiene un riesgo especial de sufrir accidentes de tráfico por su predisposición a los episodios de hipoglucemia.
Un tercio de diabéticos insulino-dependientes reconoce haber padecido episodios hipoglucémicos durante la conducción, y un 5% adjudica a una hipoglucemia el accidente ya ocurrido.Los trabajadores sujetos a cambios de horario laboral incrementan el riesgo de accidente.
El conductor epiléptico, por otro lado, tiene un riesgo aún mayor por la posibilidad de pérdida de conciencia y por el efecto de la medicación que requiere de forma crónica. De hecho, se ha observado una mayor incidencia de accidentes e infracciones entre los conductores epilépticos que entre conductores sanos. Las convulsiones parciales complejas, con pérdida de conciencia más o menos brusca, puede estimarse que suponen en torno al 40% de los casos de epilepsia entre conductores. En muchos de estos casos no se identifica un aura previa a la crisis y es habitual que exista un periodo amnésico a continuación. Tales hechos dificultan mucho la prevención de las crisis durante la conducción en automóvil.
Los neurólogos no se ponen de acuerdo a la hora de establecer el periodo sin convulsiones preciso para permitir la conducción de vehículos a este tipo de enfermos. Por lo general, suele limitarse a uno o dos años.
A la vista de estos datos, parece razonable que el conductor con antecedentes de crisis convulsivas sea alertado de algunas precauciones como evitar la conducción nocturna, descansar suficientemente antes de realizar un viaje, evitar conducir por periodos de tiempo prolongados y sin interrupción, mantener un ritmo de sueño constante, conocer el deterioro que los medicamentos producen sobre la capacidad de conducción, evitar conducir en la primera semana de un nuevo tratamiento o tras un incremento de la dosis y no suspender bruscamente el tratamiento.
A todo ello debería añadirse, según los autores del trabajo de Harvard, el riesgo de llevar un horario laboral que dificulte el descanso suficiente entre jornadas.
Hipertensión:No existe evidencia de que la hipertensión u otros trastornos cardiovasculares constituyan por sí solos factores de riesgo asociados a los accidentes de tráfico. Un Plan de Prevención del Riesgo Cardiovascular puesto en marcha recientemente en España constata, sin embargo, una asociación reiterativa entre la hipertensión y las apneas nocturnas. La somnolencia diurna a la que éstas últimas dan lugar supone un factor de riesgo de primera magnitud.
Las alteraciones visuales (glaucoma, trastornos retinianos y cataratas) se han visto asociadas también a un deterioro general de las capacidades del conductor cuando persisten condiciones de baja iluminación o fatiga.
Es necesario, en todo caso, un suficiente flujo de información entre las autoridades sanitarias y la autoridad responsable del tráfico para que los trastornos diagnosticados por un médico sean informados a los responsables de otorgar los permisos de conducción, al efecto de reglar más que posibles inaptitudes.
Problemas deontológicos (como vulnerar el secreto profesional) hacen que la puesta en práctica de dicho flujo sea muy difícil.
Papel de los médicos
La intervención desde el ámbito sanitario se basa por ahora en la información directa al paciente, la educación sanitaria y el control de la sintomatología a través de un tratamiento. Las situaciones discapacitantes de origen psicofisiológico pueden ser, sin embargo, tanto de carácter temporal y reversible como de tipo crónico y evolutivo. Esta diferenciación sería muy útil para establecer criterios legales en la obtención del permiso de conducir y para definir objetivos de intervención preventiva.
En situaciones discapacitantes temporales, el deterioro obedece a procesos no evolutivos y generalmente reversibles. Así sucede por ejemplo, con determinados procesos víricos o infecciosos, trastornos recidivantes (migrañas, dolores traumatológicos, manifestaciones de fatiga y estrés). Estas situaciones originan un deterioro perceptivo y psicomotor que puede incrementar el riesgo de siniestralidad, especialmente en circunstancias viales imprevistas o cuando además hay una disminución de la atención o fatiga.
A veces, no obstante, es el propio tratamiento el que deteriora la capacidad de conducción (antihistamínicos en el alivio de síntomas catarrales y algunos analgésicos). El uso racional de los medicamentos supone que la información y el consejo al paciente contemplan toda interferencia entre el tratamiento y la conducción de vehículos.
Los padecimientos en distintas esferas fisiopatológicas pueden originar un deterioro que ponga en peligro la seguridad del paciente frente al volante, a pesar de que no existan patologías específicas de riesgo de accidente. Es precisamente en estos casos, en los que el papel del médico se hace insustituible. Deberá ser él quien aconseje evitar la conducción o, de ser posible, informar a las autoridades administrativas de la situación del conductor.
Las circunstancias profesionales que se asumen como normales y en las que sobresalen más horas de conducción bajo condiciones ambientales adversas y con la responsabilidad de los pasajeros o de una mercancía transportada de carácter peligroso; en estos casos el problema es mucho más grave que la utilización del vehículo de modo esporádico u opcional.
El resultado de las campañas publicitarias
Se habla mucho del énfasis que las autoridades de Tráfico ponen en la sensibilización de los ciudadanos españoles a través de la publicidad sobre el riesgo de no respetar la velocidad máxima, no ajustarse el cinturón o consumir excesivo alcohol. Un énfasis que se juzga en ocasiones, incluso desmesurado.
Los accidentes de tráfico, sin embargo, representan en la actualidad uno de los principales problemas de salud pública y se sabe que en un 10% de los casos los fallecidos o heridos había consumido, por ejemplo, algún medicamento con efecto psicoactivo. En España, un 30% de los conductores españoles toma regularmente algún fármaco de estas características.
De hecho, los accidentes de tráfico se sitúan en el quinto lugar entre las principales causas estadísticas de muerte, tras las enfermedades cardiovasculares, cáncer, las infecciones respiratorias y los trastornos digestivos. Más del 50% de los fallecidos por accidente de tráfico pertenece a la población laboralmente activa, con edades entre los 15 y 44 años de media; en realidad, casi el 80% de las muertes se produce antes de los 65 años de edad.Dicho de otro modo: los datos refuerzan la necesidad de impulsar campañas de carácter preventivo. Pero vistos los resultados, algunos expertos consideran imprescindible cargar las tintas en otra dirección divulgativa.
Tomar determinados fármacos puede aumentar el riesgo de accidente, conducir tras una jornada laboral extensa también, o hacerlo en el camino de vuelta a casa, cuando «los coches conocen tan bien su ruta como los caballos», como cuentan algunos conductores. Pero, por más equipamientos sofisticados que incorporen, los vehículos no sienten el peligro ni saben reaccionar sino es bajo nuestra conducción. Puede que las campañas preventivas deban cambiar su tercio en el futuro, implicar más a los estamentos sanitarios y laborales e incidir en que las vueltas suelen pagarse a un precio más alto que las idas.

Fuente: Consumer.es

sábado, 31 de enero de 2009

A un mes del Scoring en la Ciudad de Buenos Aires


El próximo 1° de febrero se cumple un mes del Scoring en la ciudad de Buenos Aires. Son muchos los interrogantes que se presentan. En una encuesta realizada en la web de CESVI, el 41% de los encuestados afirmó que desconoce el reglamento completo del scoring. El 29% dijo que conocía muy poco y sólo un 14% respondió que sí conocía el sistema y sus condiciones. El resto contestó que no le interesaba o no le afectaba por su región geográfica.

Qué ocurre en el mundo?

Países como Francia y España demostraron que sólo en el primer mes la implementación de este instrumento ha disminuido un 17% y un 18% las víctimas fatales en siniestros viales, respectivamente. Al compararlo con el scoring porteño, aunque todavía no tenemos los resultados concretos, igual podemos notar la similitud con los sistemas para la quita o suma provocada por las faltas. A modo de ejemplo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires si alguien circula con un vehículo y se lo detecta alcoholizado, se le descuentan 10 puntos del registro. Es decir, el 50% de los mismos. En Francia y España la relación es la misma que aquí. Pero en Inglaterra (desde el año 1982 está en vigencia el registro por puntos), en cambio, al manejar alcoholizado directamente se retira la licencia de conducir.

En la Unión Europea incluso se está estudiando que no haya límite de fronteras para sancionar las cuatro infracciones más frecuentes: exceso de velocidad, alcohol al volante, no utilizar el cintruón de seguridad y no respetar los semáforos en rojo. ¿Se podrá pensar algo así en las rutas y vías del MERCOSUR? ¿O acaso la vida no vale lo mismo en cualquier lugar del mundo?

Según nuestro análisis los puntos más polémicos del Scoring son:

Exceso de velocidad

Se descuentan 5 puntos del registro si se excede la velocidad de circulación en un rango de 10 hasta 20 km/h y, en las vías rápidas, al superar la máxima permitida en un rango que va desde los 20 hasta los 40 km/h. También se podrá descontar hasta un total de 10 puntos cuando se supere el límite máximo de los rangos de velocidad según fuera la falta en una arteria común (más de 20 km/h) o una vía rápida (más de 40 km/h). En cambio, si la medición y toma de la fotografía se realiza desde un punto fijo, posiblemente no se pueda identificar debidamente al infractor en el acta de comprobación, como se estipula en la legislación. Entonces, si bien la ley no deja al descubierto cómo realizar el descuento de los puntos en el registro del infractor, aclara que si no se identificó al conductor en el momento, el descuento de los puntos recaerá sobre el titular del vehículo. Sólo se exceptuará al titular de esta sanción si se identifica al responsable de la falta.

Cruzar en rojo

Para identificar debidamente al conductor en el acta de comprobación, se debe detener al vehículo que cometió la falta y pedir los datos correspondientes. Pero si se utiliza la fotografía automática, no es posible que el conductor sea debidamente identificado. ¿Cómo se sabe, entonces, quién conducía al momento de la trasgresión? En este caso, también, debe responder el titular registral del vehículo, salvo que demuestre que lo haya transferido, denuncia de venta mediante o en caso de que otra persona lo hubiera estado manejando.

Cinturón de seguridad

En un comienzo se decía que la multa alcanzaba sólo al conductor y acompañante que no llevaba correctamente colocado los elementos de seguridad. Entonces, para la gran mayoría de la gente, la falta segregaba a aquellos que se ubicaban en las plazas traseras. Sin embargo, la legislación es muy clara y con respecto a este tema especifica que aquel conductor de un vehículo en el cual sus ocupantes no llevaran colocados los elementos de seguridad, será sancionado. Hoy, al momento de emplearse el scoring, se descuentan 2 puntos en los registros de los conductores, ya sea porque él no lleva colocado el correaje de seguridad, o cualquier persona en el resto de las plazas.

De hecho, es muy similar la aplicación de la falta cometida al no usar los cinturones, como a quienes conducen una motocicleta o ciclomotor y no llevan colocado el casco protector. La multa o descuento de puntos no cuenta sólo porque su conductor no lo lleve colocado, sino también porque su acompañante no lo haga. El descuento de puntos es similar a cuando no se usan los cinturones de seguridad.

Pero volviendo al cinturón, otro tema polémico tiene que ver con que se le restan 4 puntos a aquellos conductores que no transporten a los niños en sus correspondientes dispositivos de seguridad, pero entonces ¿por qué a los mayores que no llevan puesto el cinturón se le descuentan sólo dos? Tengamos en cuenta que cualquier ocupante de un vehículo que viaje suelto es extremadamente peligroso. O veámoslo desde un punto de vista mas frío. Los recursos humanos y económicos que se pierden ante un hecho de tránsito, gastos de personal de Defensa Civil, bomberos, enfermeros, paramédicos, policías, médicos, vehículos y herramientas propuestos para la recuperación y traslado de las personas hacia los hospitales y el recurso de estos mismos. Todo esto podría disminuirse si aquellos que circulamos en cualquier tipo de vehículo, lo
hacemos con los elementos de seguridad correspondientes.

Cierre
Es muy positiva y necesaria la unión entre Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires para aplicar el Registro por Puntos, así como aplicarlo bajo el sistema que la ANSV proponga para expandirlo a todo el país, con las mismas reglas de juego en todas las provincias. Comenzar a trabajar en conjunto en estos aspectos es fundamental para contrarrestar los siniestros de tránsito que tantas víctimas nos dejan día a día. Y esta política ayuda mucho siempre y cuando se desarrolle correctamente y durante el tiempo que sea necesario. Si se consolida el trabajo en conjunto realmente va a tener efectividad la quita de puntos.

Resultados del primer mes del Scoring

Según el Cuerpo de Agentes de Tránsito, en el primer mes de vigencia de la ley de scoring en la ciudad de Buenos Aires se labraron 7281 actas de infracción, de las cuales 1710 correspondieron a conductores que tienen su licencia otorgada en la Ciudad de Buenos Aires. De ese total, sólo se llegó a tramitar hasta el momento la quita de 125 puntos a 38 conductores.

El giro prohibido fue la norma que más violaron los conductores porteños, con 1075 infracciones labradas. El no uso del cinturón de seguridad mereció 401 actas. También se registraron 45 infracciones por manejar habiendo consumido más alcohol de lo permitido (más de 0,5 gramos en sangre). Hablar por celular, 78. La circulación en moto sin utilizar casco, 73 (sobre un total de 136). Además se labraron 73 multas a conductores de motos que no tenían casco (sobre un total de 136). Catorce infracciones fueron por llevar menores en el asiento delantero, 12 por circular con la licencia vencida, 6 por violación de la luz roja y 6 por circular a contramano. (Fuente La Nación)
Prensa CESVI Argentina
Lic. Soledad Bereciartúa- Natalia Gaggero

viernes, 16 de enero de 2009

Picada mortal en Corrientes


En la provincia de Corrientes, murieron tres jóvenes y otros cuatro resultaron heridos al chocar un BMW y un Chevrolet Corsa cuando presuntamente participaban de una picada a las 3 de la madrugada, según informaron fuentes policiales y testigos del lugar. Las víctimas fatales fueron identificadas como Alejandro Mauri, de 21 años, quien sería el conductor de uno de los autos; Rodrigo Cotora, también de 21, y Zaira Scotto, de 18 años. Mientras que las cuatro personas internadas en el hospital Escuela de la ciudad de Corrientes son Víctor Gómez (32), Macías Albert (23), una menor de 16 años, y un joven de 25 años aún sin reconocer. Los mismos permanecen en terapia intensiva.

Según estadísticas de CESVI ARGENTINA, los jóvenes entre 21 y 35 años participan en un 45,8% del total de las lesiones ocurridas en los últimos tres años, es decir, durante el 2006, 2007 y 2008. “El dato es preocupante entre los jóvenes de 21 a 35 años, dado que hay una trágica combinación de factores como la inmadurez emocional, los comportamientos riesgosos y la falta de experiencia en la conducción que convierte a estos conductores en un verdadero riesgo al volante”, asegura el especialista Hernán De Jorge, Responsable de Seguridad Vial de CESVI ARGENTINA.

Picadas callejeras, adrenalina mortal

En particular, las picadas callejeras tienen un componente muy emocional y pasional. Y como cualquier otra actividad automovilística, se nutre de la rivalidad. Pero lo peligroso es que en este caso, esa rivalidad no está controlada por nadie. “Se ha creado una peligrosa costumbre entre los jóvenes de correr carreras en la calle. Les gusta la idea de ir con su auto, cruzarse con otro y ´tirar´ para ver cuál anda más. Y pese a que hay lugares indicados para hacerlo, como las picadas legalmente organizadas en los autódromos, muchos no pueden esperar hasta el fin de semana y allí es cuando se generan las picadas clandestinas en cualquier lugar del país”, tal explica De Jorge, Responsable de Seguridad Vial de CESVI ARGENTINA.

Durante las picadas, en pocos segundos se debe alcanzar un nivel de velocidad que ampliamente supera los límites legales. Según pudimos comprobar en nuestras investigaciones, las altas velocidades tienen una implicancia muy grande en los siniestros de tránsito graves. De nuestras investigaciones pudimos comprobar que por cada incremento de 20 km/h en la velocidad de un vehículo (pasando por ejemplo de 80 km/h a 100 km/h) se duplica la consecuencia en cuanto a la destrucción generada y cuadriplica la posibilidad de generar heridos o víctimas fatales. Por otro lado, las posibilidades de generar una maniobra efectiva se ven reducidas por el incremento de distancias recorridas en el momento de la reacción del conductor. Además, producto de la velocidad, los conductores involucrados no llegan ni siquiera a accionar el pedal de freno.

El alcohol y conducción, la mezcla más peligrosa

Otro de los factores que está presente en los siniestros con jóvenes es el alcohol. Los principales efectos que sufre un conductor alcoholizado es la limitación y alteración del estado psicofísico. Esto significa que el individuo se siente menos inhibido, no se reprime para conducir y no mide los riesgos. Además, a medida que se incrementa la cantidad de alcohol ingerido, se ven afectados la coordinación de los movimientos y los tiempos de reacción, retardando las maniobras.

Con los 0,5 gr/l de alcohol que permite la ley, los riesgos se incrementan hasta 5 veces en comparación a una persona en estado de sobriedad. En nuestro país, la ley establece como tasa de alcoholemia legal 0,5 gr/l de alcohol en sangre. Pero en CESVI analizamos los efectos que produce el alcohol en la conducción y observamos que aún con poco consumo de alcohol, como puede ser un vaso de vino o cerveza (0,2 gramos de alcohol por litro de sangre aproximadamente), ya se advierten consecuencias graves en el conductor.

Mucha gente cree que como nuestra ley penaliza el consumo de alcohol a partir de los 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, sus efectos peligrosos se manifiestan a partir de ese valor. Sin embargo, a través de una serie de pruebas CESVI demostró que la cantidad de alcohol en sangre que sugiere la norma es un límite muy alto y que valores inferiores ya constituyen un riesgo para manejar.

La noche, cómplice de los excesos

Los horarios son de lo más variado para poder efectuar una picada en la calle, pero estas verdaderas cofradías prefieren moverse bajo el amparo de la oscuridad para disimular y no llamar la atención y evadir los controles. Además, la noche genera una falsa sensación de seguridad. Muchos creen que al haber menos tránsito en horario nocturno la posibilidad de tener un accidente es más remota que de día. Sin embargo, Las estadísticas de la base de datos de los más de 5000 siniestros relevados por CESVI ARGENTINA señalan que en el horario que va desde las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana se triplica el riesgo de sufrir un accidente de tránsito respecto al resto del día. Si bien en la franja horaria nocturna se registra una menor cantidad de siniestros, el resultado del análisis está basado en la proporción que existe entre cantidad de siniestros y cantidad de autos circulantes. En este lapso de tiempo se producen el 11,31% de los siniestros de todo el día con apenas un 3,95% del parque de autos circulante; en cambio entre las 6 y las 18, ocurre un 64% de los siniestros del día con un promedio del 34% de los autos circulantes de una jornada completa. Si se tiene en cuenta la proporción entre autos y siniestros, es evidente que el riesgo de noche es tres veces mayor que en el resto del día.

Malas compañías

Otra particularidad que podemos encontrar en este tipo de siniestros es que los choques de estos jóvenes suelen producirse cuando hay más de un adolescente en un vehículo y el riesgo aumenta con cada pasajero adicional. Un estudio realizado por el IIHS de Estados Unidos demuestra que cuando los adolescentes conducen acompañados por otros adolescentes lo hacen más rápido y dejan menor distancia con el vehículo que los antecede. Esa experiencia, que involucró a más de 3.000 automóviles en rutas cercanas a 10 escuelas públicas de Washington, informó que los adolescentes son los que más aumentan la velocidad y el exceso en más de 15 km/h fue más frecuente cuando los acompañantes eran de sexo masculino. El estudio se realizó sobre una muestra de 471 vehículos conducidos por adolescentes, 245 por varones y 226 por mujeres; unos 232 automóviles iban sólo con el conductor y el resto tenía uno o más pasajeros. Según este estudio, el riesgo de choque en conductores adolescentes es mayor que el de cualquier otro grupo de edad.

Mucho por hacer

Antes que nada es fundamental entender que los conductores jóvenes necesitan controles intensos. Es por esto que aquí recopilamos una serie de recomendaciones para que padres, familiares y amigos puedan colaborar en la formación como conductores seguros y en la prevención de siniestros.

Limitar el conducir de noche. Procurar que los jóvenes no manejen de noche. Las salidas nocturnas suelen ser para divertirse y hacen que estos conductores sean propensos a evadir las reglas, a distraerse fácilmente y ser incentivados a tomar riesgos.

Limitar los pasajeros. Los pasajeros no deben superar el número de cinturones que posee el vehículo.

Usar el cinturón de seguridad.

No manejar después de beber. Absolutamente prohibido. Explique claramente que es ilegal y muy peligroso cuando un adolescente conduce después de beber alcohol o tomar cualquier droga.

Prensa Cesvi Argentina
Lic. Soledad Bereciartúa