Según las estadísticas, el 48% de los jóvenes lesionados en siniestros de tránsito tienen entre 18 y 25 años y se lesionan, tanto ellos como sus acompañantes, conduciendo motocicletas, o sea que seis de cada diez lesiones tiene a la moto como protagonista. Las razones según el Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, el riesgo de perder la vida arriba de una moto es diecisiete veces mayor que conduciendo un automóvil.
Los autos vulneran los derechos de circulación de los motociclistas pero hay que tener presente que el conductor de una moto está totalmente desprotegido y sufre en su cuerpo los golpes que en un auto, son absorbidos por la carrocería.
Además el motociclista corre el riesgo también de impactar contra el asfalto u otros objetos debido a una mala maniobra y otros motivos como por ejemplo la baja adherencia entre los neumáticos y el piso o la acción brusca sobre el freno, que puede provocar el derrape de las ruedas, especialmente sobre la calzada mojada.
Las lesiones más comunes en caso de un siniestro se producen en primer lugar en la cabeza, especialmente si el motociclista no llevaba puesto el casco ya que éste tiene por misión absorber en parte la energía del impacto.
Los recaudos a tomar por los motociclistas
Mantener una distancia de seguimiento adecuada que permita el frenado progresivo y esquivar a otro vehículo si fuere necesario. La distancia mínima en rutas, según Cesvi, es de cinco segundos circulando a 110 km/h o sea 153 metros.
El 50% de los siniestros de motos es producto de una distracción del conductor o por no contar con tiempo para reaccionar con anticipación.
¿Qué hace generalmente un motociclista ante una situación de riesgo inminente? aferrarse al manubrio y pisar el pedal de freno sin el tiempo necesario para mirar atrás e intentar una maniobra evasiva, lo cual genera una gran desestabilización en la moto que impide la maniobra de esquive por el bloque que se produce en los frenos.
El 90% de los choques con motos en autopistas se podrían haber evitado manteniendo la distancia de seguimiento adecuada y observando el tránsito que circula por delante del vehículo que nos precede.
Otra acción importante es no dejar de mirar los espejos retrovisores por si algún vehículo está muy cerca nuestro, ya que si vamos a una distancia prudencial del vehículo de adelante pero hay uno pegado al nuestro por detrás, podemos ser embestidos en caso de una detención abrupta del tránsito.
Si un vehículo nos sigue muy de cerca, es conveniente cederle el paso porque ese tipo de conductores tienen conducta riesgosa y nos ponen en riesgo. Si no es posible dejarlo pasar, debemos aumentar la distancia con el de adelante en dos segundos así, si necesitamos frenar, podremos hacerlo paulatinamente.
Se debe circular centrado en el carril y si se descarga una lluvia, recordar que los primeros quince minutos son los más peligrosos porque se genera una pérdida de adherencia importante debido al barro y el aceite que brotan del asfalto.
Hay también factores que dependen del conductor, de su tiempo de reacción, de su percepción del peligro, de su calidad de descanso, o si se distrae por el uso del celula; si está bajo efectos de alcohol o drogas, como así también, del estado de la moto: presión de los neumáticos, frenos, etc.
Hay que tener en cuenta las condiciones de la superficie sobre la que está rodando, el clima, el tipo de camino, porque también son factores que hay que tener en cuenta para aumentar la distancia de frenado.
En las curvas los frenos deben accionarse suavemente, dado que si la moto no está perpendicular al piso, la adherencia del neumático se ve afectada.
Para evitar siniestros debemos tener en cuenta que la moto por tamaño y estrechez, entra fácilmente en ángulos ciegos de autos y camiones o puede ser poco percibida por un peatón.
El motociclista debe estar entrenado y no confiar solamente en su intuición y reconocer los indicadores de riesgo previos a un impacto.
Disminuir la velocidad al detectar un riesgo es una maniobra segura, ya que en el más del 90% de los siniestros graves, existe alguna señal previa que al ser detectada, alguno de los conductores podría hacer algo para evitarla. Poder anticiparse al peligro permite ganar ese segundo extra que evite un accidente, por eso, la mejor recomendación es estar siempre en alerta máximo.
Pero sabemos que la mayoría de los jóvenes comprendidos entre las edades mencionadas al principio de esta nota no están muy conscientes de que pueden morir en un siniestro de tránsito y se arriesgan a tener conductas casi suicidas porque salen a la ruta en motos en mal estado, con lluvia, de noche, y sin el equipamiento necesario para hacerse mínimamente visibles para los automovilistas.
Particularmente creo que por más precauciones que se tomen, lo mejor bajo ciertas circunstancias, pasa por evitar exponerse al peligro cuando no están dadas las condiciones máximas de seguridad, se trata simplemente de ser conscientes pero, para llegar a la edad mencionada con capacidad de conciencia se necesita un entrenamiento desde muy pequeños, cuando una madre, un padre, un maestro, advierten sobre el peligro de alguna actitud y se responsabilizan porque el niño comprenda que no debe llevarla a cabo, aunque el niño patalee, grite y diga que no tiene libertad. La libertad no pasa por hacer lo que nos da la gana sino de elegir lo que es mejor para uno y para los que lo rodean.
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