“Para educar un niño, es necesario todo un pueblo” Dicho africano, citado por el Prof. Alberto Sileoni, Ministro de Educación de la Nación, en las palabras de cierre del Congreso.
Organizado por los ministerios del Interior y de Educación de la Nación, la Agencia Nacional de Seguridad Vial y los Consejos Federales de Seguridad Vial y de Educación, culminó transcurrido el mediodía del viernes 28 de agosto este Congreso que durante dos extensas jornadas aglutinó a más de seiscientos representantes de gobiernos municipales, provinciales y de la nación, de ONG, universidades, entidades del Sector Privado, empresas, profesionales, técnicos y docentes de todo el territorio del país.
Vale destacar que desde hace muchos años que no observábamos una concurrencia tan masiva a un evento organizado por el sector público nacional referido exclusivamente a las materias de Seguridad y Educación Vial.
La variedad de planteos ideológicos y de experiencias en diversos estamentos de gobierno y jurisdicciones del país fue expresada a través de los distintos paneles de exposiciones en un amplio abanico que abarcó desde la mirada política hasta la social pasando por lo cultural, pedagógico, técnico y profesional.
Pero por cierto, a nuestro criterio, el éxito de este Congreso no radica en el evento en si mismo, sino en los enormes aportes que se hicieron como“disparadores” de un profundo e intenso debate que nos debemos como sociedad para poder alcanzar soluciones eficientes a la enfermedad que nos aqueja.
Ha concluido un Congreso cuya principal virtud fue, siempre a nuestro entender, desafiarnos a “construir” entre todos una “política de estado” y a colocar “en foco” a la Educación Vial como formación en valores antes que el conocimiento “enciclopédico” de la norma y la mera información.
Sin perjuicio de análisis posteriores que desarrollaremos más adelante, creemos que la enorme responsabilidad que a partir de este Congreso posee la Agencia Nacional de Seguridad Vial (como organismo ejecutivo nacional) y los Consejos Federales es ejercer el liderazgo en canalizar este debate y encauzar sus resultados.
Menuda tarea.
Para hacerla más factible todos debemos colaborar, cada uno desde su “rol”.Es un buen principio la firma de la Carta Intención suscripta al finalizar el Congreso, por los Ministerios de Interior y de Educación de la Nación, la Agencia Nacional de Seguridad Vial y los Consejos Federales.
Agradecemos a Eduardo Bertotti de Isev por el envío de estas Conclusiones
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