Quiero compartirles ésto que salió hoy en Infobae, fíjense el entorno de
este bebé cómo le festejan lo que hace con el cigarrillo. La pobreza
rodea la escena e intuyo que también la ausencia de cultura entendida
como un estilo de vida adecuado a la dignidad que las personas tenemos
por el solo hecho de serlo. ¿Sabrán qué significa la percepción del riesgo? ¿A qué le tendrán miedo si la muerte los ronda a diario?
Mientras en foros como éste se debate sobre cómo hacer para evitar las adicciones, la realidad pasa por otro lado. ¿Cuántos bebés como éste habrá en los pueblos más pobres de nuestra América?.
La pobreza tiene mucho que ver con las adicciones, a veces es un falso
escapismo pero alivia la angustia y las carencias (no estoy justificando
su uso, sólo me pongo en el lugar). Y muchos pobres no conducen sino
que mueren víctimas en siniestros viales.
Creo que cuando evaluamos estos temas no se nos debe escapar el situar el consumo de drogas, el alcoholismo y otras adicciones en el contexto actual de desigualdad cada vez más creciente entre los que más tienen y los que menos tienen. Unos pueden consumir por hartazgo de todo y otros por hambre.
Precisamente estos últimos son los que consumen lo peor, se mueren y no aparecen en los medios, son invisibles. Admiro a sacerdotes como el Padre Pepe que, en la Villa 31 en Buenos Aires, y luego en otros destinos, trabaja a sol y a sombra para ayudar a los chicos a salir del paco. Muchas veces nos preguntamos qué hacer, y hablamos desde la comodidad de nuestra casa (me incluyo) pero quizá en principio, no estaría mal acercarse a ayudar a quienes ya están trabajando y necesitan acompañamiento. Perdonen, es una opinión que me surgió de ver este video. Y concluyo: hoy todos estamos en riesgo y todos podemos ser víctimas.
Creo que cuando evaluamos estos temas no se nos debe escapar el situar el consumo de drogas, el alcoholismo y otras adicciones en el contexto actual de desigualdad cada vez más creciente entre los que más tienen y los que menos tienen. Unos pueden consumir por hartazgo de todo y otros por hambre.
Precisamente estos últimos son los que consumen lo peor, se mueren y no aparecen en los medios, son invisibles. Admiro a sacerdotes como el Padre Pepe que, en la Villa 31 en Buenos Aires, y luego en otros destinos, trabaja a sol y a sombra para ayudar a los chicos a salir del paco. Muchas veces nos preguntamos qué hacer, y hablamos desde la comodidad de nuestra casa (me incluyo) pero quizá en principio, no estaría mal acercarse a ayudar a quienes ya están trabajando y necesitan acompañamiento. Perdonen, es una opinión que me surgió de ver este video. Y concluyo: hoy todos estamos en riesgo y todos podemos ser víctimas.
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